Archives Mensuelles: août 2015

El feminismo : una política de emancipación en contra el dogmatismo religioso.

Par défaut

La compañera María L. nos hizo el honor de traducir la entrevista que WLWB había realizado con Ana Pak en 2012, feminista, exiliada iraní que nos contaba su historia y su opinión sobre el feminismo « identitario » contemporáneo.

 

Huda Sharawi

Huda Sharawi (1879-1947). Pionera del feminismo en Egipto. Fue una de las primeras feministas que denunciaba el velo islámico.

 

Cuando la revolución iraní estalló en 1979, yo era un joven corazón que se unió al grito de millones de personas que querían encontrar la libertad.

Pero esta revolución fue instrumentalizada por los islamistas (que eran una ínfima minoría). De manera análoga a lo que vemos hoy en Egipto, Túnez, Libia y otros países bajo las leyes islámicas, lo primero que hicieron fue atacar a las mujeres. Jomeini nos obligó a ocultarnos.

Yo era muy joven entonces, pero mi cuerpo de niña sintió profundamente el temor de las miles de mujeres iraníes que protestaban contra el velo, y se alarmaban al unísono unidas por su indignación.

Sentí la revuelta de las mujeres, a pesar de que aún no podía comprenderlo todo.

Es necesario saber que Jomeini en un primer momento se vió obligado a reconsiderar algunas de sus posiciones, dada la ira de las mujeres, las revueltas y las manifestaciones cotidianas de las mujeres!

Tuvo que declarar lo siguiente “No, el Estado islámico no obligará a las mujeres a usar velo, quedará bajo su decisión. El velo será una elección de las mujeres”.

Pero unos días después de la declaración de renuncia de Jomeini, oí atónita, en las noticias, a Banisadr, el primer presidente del régimen islámico, declarando que “si el Islam velaba a las mujeres era porque la ciencia había demostrado que había ondas capaces de excitar a los hombres, y que esas ondas se escondían en el pelo de las mujeres. Por esa razón, con el fin de garantizar que los hombres y las mujeres puedan vivir en paz en la sociedad y sin excitación, el Islam exige que las mujeres sean veladas. Será obligación de las mujeres llevar velo ».

Estas palabras me dejaron sin habla. Todos los medios eran buenos para imponer el velo a las mujeres. Cuando el régimen no podía hacerlo en nombre de la religión, trataba de imponerlo utilizando los llamados argumentos “científicos”.

Y en última instancia, el régimen islamista utilizó la violencia y la humillación no contada, permanente y constante contra las mujeres, para forzar a las iraníes a ocultarse bajo un velo.

En un primer momento, a través de golpes, palizas, brutalidades, insultos, amenazas , por despidos en masa de las mujeres como funcionarias y en las empresas, e imposiciones de jubilación.

Violaciones, violencias físicas repetidas, multas, detenciones y encarcelamientos. El velo se impuso en las mujeres que permanecieron contratadas y en las que querían ser contratadas.

Velar el cuerpo de la mujer presenta en sí mismo la violencia del patriarcado en nuestro cuerpo. Como en la prostitución, la violencia le es inherente. Esta violencia, psicológica y corporal, esta en la sexualización de las mujeres.

Así que sí, esta experiencia de un régimen fascista-islamista me dio una cierta rejilla de lectura del mundo, que forja mi feminismo y que me consigue, como en muchas otras mujeres, las antenas necesarias para detectar las estrategias de intimidación de los islamistas y para determinar la aberración que consistía en tener que aceptar todo en nombre de la tolerancia cultural.

Por otra parte, no tenemos necesidad de sufrir una mutilación genital femenina para luchar contra la mutilación. Muchas mujeres luchan contra los extremismos religiosos y en particular el islamismo, sin haberlos sufrido personalmente.

En nombre de la tolerancia y del “relativismo cultural”, En nombre de la “lucha contra la islamofobia”, se nos impone incluso aquí en las sociedades más democráticas y bastante libres, el miedo a los extremistas religiosos y la prohibición de criticar las religiones, especialmente el islam, y nos condena al silencio.

Los islamistas y sus aliados nos quieren hacer callar y nos designan como “islamófobos” para lograrlo.

Pero de hecho, tengo miedo del islamismo como tengo miedo de todos los fascismos, y no veo por qué debo ocultarlo.”

A decir verdad, varias razones me llevaron a esta intransigencia hacia el islamismo. La primera es mi propia experiencia como iraní, y que ante la imposición de Jomeini a las mujeres, muchas iraníes eran etiquetadas como islamófobas si se resistían. Esta misma etiqueta se encuentra en los países democráticos en los que no podemos criticar libremente el islamismo o el velo sin ser catalogados de islamofobos.

Ser radical es para mí estar radicalmente en contra de todas las formas de patriarcado, que inventa tantas instituciones (religión, matrimonio, prostitución…) para atrapar y oprimir a las mujeres. Consiste en ser radicalmente opuesto a todas las religiones, y al Islam también.

Las religiones patriarcales se distinguen por estar fundadas sobre la misoginia, y tienen como principal obsesión el monopolio del control sobre los cuerpos de las mujeres.

Así que si ser feminista radical, significa querer cambiar el mundo, queremos liberarlo de todas las instituciones patriarcales (religión, cultura, matrimonio, prostitución, Estado …), en realidad yo soy una feminista radical. Y hasta me pregunto cómo sería posible ser feminista sin ser en consecuencia radical.

WLWB: Usted mencionó en la entrevista que “hasta que las mujeres y feministas dejen de adherirse a cualquier ficción inventada por los hombres: la raza, la religión, la nación, la cultura, la afiliación política … no podemos liberarnos.” Porque es así?

Efectivamente, en tanto que mujeres, adherirse a los inventos de los hombres; sus religiones, sus culturas, sus conceptos, devuelve o nos conduce a negar u olvidar nuestra pertenencia a la clase mujeres, y por tanto a no iniciar la lucha necesaria contra estas opresiones, o peor, alejarnos de nuestra lucha común. La adhesión consciente o inconsciente de las mujeres a los inventos de los hombres nos cuesta muy caro.

Lo que diferencia la opresión de las mujeres de otras opresiones es que nosotras no sólo estamos oprimidas sólo por la fuerza sino también por la astucia, por la cultura o la religión, afectivamente, por el chantaje emocional, económico y también física o corporalmente por parte de la clase opresora.

Las mujeres somos la única mayoría oprimida que sufre a sus opresores constantemente, incluso en su cama.

De hecho, los esclavos hombres y los proletarios tienen al menos la posibilidad de no tener la obligación de soportar sexualmente a aquellos que les explotan y les dominan.

Esta es la razón por la que la opresión de las mujeres es la más antigua de las opresiones. Puede cambiar de cara, de forma o denominación, pero continuará tratando de encadenar a las mujeres si no se adoptan medidas para que esto no ocurra.

Para dar sólo un ejemplo bien conocido en la historia de la lucha de las mujeres: El derecho al voto. Mientras las mujeres sufragistas lucharon por el derecho al voto, a algunas mujeres se opusieron, repitiendo el discurso de los hombres que dijeron que las mujeres no podrían votar!

Como he argumentado en otro escrito, a veces es difícil y puede ser doloroso para las mujeres darse cuenta de que pertenecen a una clase oprimida y menospreciada incesantemente.

Dicho esto, las mujeres debemos aprender a deshacernos de los reflejos misóginos que hemos interiorizado. Porque estamos tan impregnadas por el apartheid de género, ya sea en la familia, en todas las culturas y países, que utilizamos esta misoginia contra nosotras mismas y contra las otras mujeres defendiendo los argumentos del dominante! Tal vez sea porque algunos se sienten desanimadas y toman caminos aparentemente “menos peligrosos”.

Muchas mujeres prefieren así aferrarse a lo que nos divide y nos separa, en lugar poner en marcha y aplicar métodos de lucha y crear nuestros propios conceptos para un mundo diferente.

WLWB: Sin embargo, muchas corrientes feministas: El feminismo liberal, el postmodernismo, “el feminismo negro”, transnacionales, etc … reivindican la diferencia de las mujeres de color, mujeres para las que el feminismo radical es un invento de las mujeres blancas occidentales y de clase superior. ¿Cómo se explica este rechazo a sentirse “unidas a la clase mujeres”?

Ah, aquí estamos en el corazón del problema! Que es precisamente dividir las mujeres para oprimirlas mejor!

Y aún hoy, algunos que se dicen de izquierda, rechazan las constataciones y reivindicaciones feministas, afirmando que son la emanación de pensamientos “burgueses” …

Tanto si eres burguesa como si no, lo cierto es que si eres una mujer no puedes caminar con calma sola en la calle, en ninguna parte ni en ningún momento.

Y tanto si eres burguesa como si no, en irán serás condenada a ocultarte de todos para enarbolar la bandera de tu sexualización e inferioridad.

Es más, le diré que la primera vez que oí en los medios hablar contra los “valores occidentales”, contra las “feministas occidentales” y contra las “mujeres occidentalizadas” fue en Irán en 1979, cuándo los islamistas reprimían las manifestaciones de las mujeres contra el velo.

En esa época trataban de silenciar a las mujeres llamándolas “prostitutas”. Cuando el número de manifestantes superó varios miles, las calificaron como “realistas” y luego a “occidentalizadas” y después de “pro-occidentales” y finalmente “islamófobas”!

Es importante saber que durante los años oscuros en Irán, de 1983 a 1989, los organismos internacionales encargados de la comprobación de violaciones de los derechos humanos, bajo la presión de miles de exiliados que podían testificar, querían visitar las cárceles iraníes, donde fueron torturados y ejecutados miles de mujeres y hombres, prisioneros y prisioneras políticas.

Pero en respuesta, en ese momento, el régimen creó un “derecho del hombre islámico” con el fin de disponer la existencia de “razones culturales y religiosas” para oponerse a los controles internacionales y poder justificar las masacres y la barbarie del régimen iraní!

Esto está en total oposición a los derechos humanos fundamentales y universales, supuestamente de los países occidentales, si hemos de creer al régimen iraní!

Así que si existen los derechos del hombre islámico, reivindicados como algo especial, ¿por qué no ir más allá en este razonamiento y crear así un concepto de feminismo islámico?¿no?

Bien, tal fue la conmoción que sentí cuando escucho aquí, en Universidad de Paris VIII, en 2009 con motivo de la organización de un taller en la sobre las lesbianas exiliadas e inmigrantes, la palabra extraña “feministas blanco”.

En las reuniones preparatorias de este taller, en el que esperaba que por fin denunciásemos el odio y la misoginia a las comunidades lesbianas de exiliadas, me encontré con acusaciones extraordinarias al “feminismo blanco occidental” que no comprende a las “mujeres racializadas”. Ignorándose el motivo de la organización del taller.

Sin embargo y afortunadamente, ha habido luchas históricas mundiales para la liberación de las mujeres, dirigidas por la solidaridad feminista en todo el mundo, una lucha que ha tenido éxito en algunas áreas.

¿Por qué entonces deberíamos rechazar a las feministas bajo el pretexto de que son “blancas” y reivindicar el concepto de “feminismo islámico” para supuestamente afirmar nuestra diferencia?

Ser una “feminista islámica” ¿no será más bien repetir y asumir las propias invenciones y doctrinas islámicas, todas ellas provenientes de Teherán y de los Hermanos Musulmanes?

Mi respuesta a su pregunta es que la opresión y la dominación de los hombres sobre las mujeres es universal! Por lo tanto, nuestra lucha debe serlo también.

En gran parte también gracias a mujeres que viven en sociedades musulmanas nuestra lucha feminista va avanzando.

Estas mujeres denuncian la violencia que sufren en nombre de la religión, por lo tanto están reivindicando derechos universales.

Malala, la joven pakistaní de 14 años que fue atacada casi mortalmente por los islamistas es un ejemplo.

Ellas llaman regularmente a sus hermanas de los países democráticos para apoyarlas en su lucha contra el islamismo y rechazan esta ficción de “feministas blancas occidentales diferentes”.

Porque saben que sus luchas son semejantes a las que las feministas occidentales han hecho, incluida la lucha contra la opresión de la religión católica.

WLWB: También he remarcado que el feminismo fue objeto de apropiación y se convirtió en la norma de reivindicaciones nada más ni nada menos que de antifeministas y anti mujeres. El surgimiento del feminismo llamado islámico se podría considerar como un tipo de ilustración ¿qué opinas?

El feminismo no puede ser islámico en ningún caso. Al igual que los regímenes en Irán y Afganistán dicen ser “repúblicas islámicas”, no puede ser repúblicas.

En la República el pueblo vota y tienen derechos. Pero en el Islam, es Dios quien elige a los hombres para gobernar la sociedad!

El feminismo es un movimiento, una lucha por la emancipación de las mujeres. No olvidemos que “el Islam” significa “sumisión”, y consiste en la sumisión de los hombres a su dios y en todos los casos la sumisión de las mujeres a los hombres.

Como he dicho anteriormente, el “relativismo cultural”, el “relativismo de los derechos”, la “diferencia de derechos”, fueron inventados por los islamistas y en especial por el régimen islamista de Teherán para luchar contra la empoderamiento de las mujeres y por lo tanto ser capaz de echar por tierra los derechos humanos.

Quienes nos hacen callar en occidente, o quienes desvían peligrosamente la lucha de las mujeres, tienen la misma ideología y juegan el mismo juego que los islamistas.

En occidente los pueblos lucharon contra los dictados fundamentalistas de sus religiones. ¿Por qué entonces, algunos aquí, incluso dentro de las democracias occidentales, piensan que el individuo nacido en una sociedad musulmana no puede tener los mismos derechos que ellos se han arrogado para sí mismos (porque los han luchado), a saber; la dignidad o la libertad de no sufrir la opresión de una religión.

Hoy, en nombre de la “tolerancia” y el nombre del “respeto a la religión de los demás”, algunas personas nos empujan a otro relativismo que pretende evitar cualquier crítica de la religión y del Islam, más particularmente.

Así, los críticos del islam están condenados como blasfemos, incluso aquí. Como personas que insultan, no como críticos. Está claro que hay muchos intereses detrás de esta estrategia de eliminación.

Es obvio que los islamistas no quieren que se les toque el islam, ni que este sea renovado ni que se le ponga límites. Comprendes? Estos hombres deben continuar tranquilamente mutilando sexualmente a las mujeres, deben poder quemarlas, velarlas, violarlas y lapidarlas.

Para socavar todo esto, hay que luchar por la libertad de criticar a todas las religiones, incluyendo el Islam.

¿Qué clase de mundo quieren construir los defensores del relativismo cultural? ¿Cómo pueden legitimar tales actos de barbarie las llamadas sociedades democráticas? ¿El velo, la escisión, la lapidación de mujeres por adulterio debe permitirse bajo el pretexto de la “excepción cultural”?

En ningún caso se debe ser negligente o tomar a la ligera lo que sucede en los países occidentales, esa tendencia al relativismo, porque después de la defensa del velo para las mujeres, nos arriesgamos a que llegue todo lo demás, como sucedió en Irán. Esto es lo que los islamistas están buscando.

Es por eso que no debemos ceder a la intimidación. Es por eso por lo que solamente la lucha feminista, el pensamiento feminista, el movimiento constante del feminismo, incansable, interrogativo, que se cuestione constantemente todo lo que la sociedad androcéntrica y misógina sugiere o propone, ese feminismo, el único, es lo que nos puede liberar.

Defendiendo la universalidad de los derechos de las mujeres, vengan de donde vengan. Sea cual sea el color de su piel! Sea cual sea la creencia de su padre y de su hermano! Sea cual sea su origen cultural y geográfico.

                               — Traducción por María L , Agosto 2015—-

 © Women’s liberation without borders 2015.